lunes, 10 de enero de 2011

Ser feliz no consiste en lo que los otros puedan brindar a nuestras vidas. Ser feliz es aprender a amar lo que uno mismo es, donde está y lo que se tiene. Tratar de cumplir esas cosas es estar en la búsqueda de la felicidad, y déjenme decirles, que a veces es mejor el trayecto de esa búsqueda que el destino final, por que una vez que llegas, ¿Qué queda?
Siempre es mejor estar buscando esa felicidad que creemos que nos va a llenar, pero que inconscientemente sabemos que estamos disfrutando más del viaje mismo, siempre poniéndonos nuevas metas, para que esta búsqueda no termine nunca.
Esto es la vida real, y sé que no siempre estamos en esa búsqueda por los altibajos que nos da la vida, pero es bueno saber que la meta no cambia excepto que nosotros queramos que cambie.
Si uno quiere ser feliz, simplemente lo es. No necesita de nadie más, ni de ninguna ayuda. Tal vez una persona te brinde una emoción a la que vos consideras felicidad, pero es en realidad la sensación de acompañamiento, de dependencia. A lo que voy es que si esta persona algún día desapareciera de nuestras vidas, es ahí cuando aprendemos a ser independientes, controlar nuestras vidas y acciones, y a la hora de su desaparición no debe existir la posibilidad de decir "Ahora no sé como voy a seguir con mi vida", nuestra vida es nuestra, que decidamos compartirla es otro tema. Nuestra felicidad es nuestra, la cual creamos con cada paso en la dirección correcta que damos, que pensemos que otros son los que nos brindan felicidad es solo una idea, nos pueden brindar muchas emociones hermosas, pero la felicidad es puramente nuestra.